En esta ocasión la propuesta fue adentrarnos en las entrañas del Mayab: «lugar de unos pocos» o «de los elegidos», bautizada más tarde por los conquistadores españoles como Yucatán y cuya puerta de entrada es Cancún.

Después de dos días de relax en Playa del Carmen y Cozumel, donde pudimos disfrutar del ambiente caribeño de estas latitudes y de sus espectaculares playas de arenas blancas y aguas cristalinas, nos dirigimos a descubrir las dos primeras ciudades mayas del recorrido.

En primer lugar, la maravillosa Chichén Itzá, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988, con su Templo de Kukulcán, que fue reconocido como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno  el 7 de julio de 2007. Seguidamente nos desplazamos hasta la no menos bella Uxmal, con su famosa Pirámide del Adivino.

El siguiente recorrido nos llevo desde la ciudad de Mérida hasta Campeche y desde allí al Estado Libre y Soberano de Chiapas.

El yacimiento arqueológico maya de Palenque declarado por La Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1987, fue nuestro siguiente destino.

Descubrimos los secretos ancestrales de la selva Lacandona y del inmenso río Usumacinta, cuyo nombre se traduce como «lugar de monitos». Bajamos haciendo rafting por el río Lacanjá y conocimos de primera mano los ritos y costumbres de los indígenas lacandones. Como colofón al viaje tuvimos el privilegio de poder visitar dos joyas que esconde la arqueología maya en medio de una frondosa selva: Bonampak y  Yaxchilan.